En esta entrada desarrollaremos la evolución económica de China en los últimos cien años. Se trata de un país que ha pasado de la completa subordinación a las potencias extranjeras hasta ser un factor clave en la estabilidad mundial.
China entró en el siglo XX en total decadencia, debido a la situación política y durante la primera mitad, la sociedad china vivió aislada de los sucesos y transformaciones europeos. La economía era prácticamente agraria.
Durante las tres primeras décadas del siglo, Mao Zedong, del Partido Comunista Chino, llevó a cabo una serie de reformas económicas como el Gran Salto Adelante o la Revolución Cultural, con el fin de alcanzar al resto de economías globales, dichas reformas acabaron fracasando.
Por otro lado se llevó a cabo la Revolución Cultural, cuyo objetivo era preservar el comunismo mediante la eliminación de elementos capitalistas de la sociedad.
En 1980 comienza el aperturismo definitivo con el que la economía china alcanzaría la mayor tasa de crecimiento mundial. Una primera fase incluía la descolectivización de la agricultura, la apertura a inversiones extranjeras y la concesión de licencias para iniciar empresas privadas; la política aperturista, disparó el mercado en el exterior, especialmente en las exportaciones. En una segunda fase se involucraba la privatización y concentración de la industria estatal y el levantamiento del control de precios y del proteccionismo.
La caída del bloque comunista dio lugar a un abrazo capitalista, consciente de que la clave para una economía fuerte era el comercio exterior y las inversiones extranjeras. Por ello, China se adhirió a la Organización Mundial del Comercio en 2001. Igualmente en el seno del partido existían profundas divisiones entre los partidarios de las reformas iniciadas por Xiaoping y los que apostaban por volver al modelo comunista más estricto.
China ha pasado de ser una economía dependiente de la agricultura a estar en la vanguardia en el sector financiero y tecnológico. La economía creció a un ritmo insospechado, que se ha ido decelerando en los últimos años, pero que sigue siendo el mayor de las grandes potencias.
Aún así la renta per capita sigue siendo una de las más pobres y la tasa de pobreza es muy alta, especialmente en las zonas rurales. La corrupción, la burbuja inmobiliaria, la contaminación y la crisis demográfica se encuentran entre los problemas de desarrollo más importantes; además de la manipulación por parte del gobierno de datos económicos.
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